PS: I just saw there is a link in English, to the blog of the author of the Open Letter, Simon Thorpe: http://simonthorpesideas.blogspot.nl/2014/10/an-open-letter-to-my-colleague-jean.html
Un
académico, un investigador, un colega de Jean Tirole, el reciente
premio pseudo Nobel de economía, lo felicita y le dice algunas cosas que
merecen ser conocidas... ¡y de paso le da una lección de economía!
Carta abierta a mi colega Jean Tirole, reciente ganador del Premio Nobel de Economía
Simon Thorpe
Traducido por Manuel Talens (Tlaxcala)
Querido Jean,
En primer lugar, permíteme felicitarte por tu premio Nobel de Economía. Todos estamos muy orgullosos en Francia, y en particular en Toulouse, de que hayas recibido este prestigioso honor.
En primer lugar, permíteme felicitarte por tu premio Nobel de Economía. Todos estamos muy orgullosos en Francia, y en particular en Toulouse, de que hayas recibido este prestigioso honor.
Como
colega y director de otro laboratorio de Toulouse (el Centro de
Investigación del Cerebro y la Cognición [CerCo]) ya nos hemos
encontrado en varias ocasiones y me alegraría mucho poder hacerlo de
nuevo en un futuro próximo. Sé que eres una persona muy agradable, muy
afable y, sin la menor duda, una de las mentes más brillantes de
Francia.
Acabo
de escucharte en el programa matutino de economía de los sábados en
France Inter “On n’arrête pas l’eco” [(No hay quien pare la eco(nomía)].
Te han preguntado cuáles serían tus cuatro prioridades principales para
ayudar al gobierno francés a superar la actual crisis de la deuda y
para poner en marcha de nuevo la economía francesa. Tus recomendaciones
han sido: (1) reformar el “mercado de trabajo” mediante regulaciones (lo
que presumiblemente significa facilitar la contratación y el despido de
trabajadores); (2) reformar los sistemas de pensiones (aumentando la
vida laboral para cubrir los costes del sistema) y (3) simplificar y
reducir el papel del Estado mediante reformas. (Te habían pedido cuatro
proposiciones, pero sólo diste tres).
Lo
siento, Jean, pero por mucho que yo respete tu contribución a la teoría
económica, no veo nada nuevo en tu respuesta. Es la misma historia
neoliberal que escuchamos a diario: eliminemos las restricciones sobre
el empleo, obliguemos a la gente a trabajar más tiempo y reduzcamos el
papel del sector público… y todo saldrá bien. Si te creyese me parecería
posible resolver la crisis de la deuda combinando austeridad y
liberalización. Pero siento decirte que no te creo. ¿Cómo puede ser que
una de las mentes económicas más brillantes nos venga con esto, que no
es sino pura ortodoxia al 100%?
¿Qué tal si probamos algo realmente innovador? ¿Estás seguro de que hemos agotado todas las opciones?
Me encantaría que me dijeses qué opinas de la siguiente propuesta:
Hace tiempo que pienso que los bancos centrales como el BCE podrían introducir un pequeño impuesto de tarifa plana a todas las transacciones financieras electrónicas que se hagan en su moneda, dondequiera que tengan lugar en el mundo. Cualquier persona en cualquier parte del planeta que quisiese hacer transacciones en euros estaría legalmente obligada a pagar dicho impuesto. Yo lo pagaría cuando mi sueldo del CNRS llegase a mi cuenta. Tú lo pagarías cuando recibieses tu premio Nobel (si te lo pagan en euros). Me gustaría pagarlo cuando abono mi factura de la luz o cuando utilizo una tarjeta de crédito; de hecho, se pagaría cada vez que yo o cualquier otro utilizase el sistema de dinero del euro.
Hace tiempo que pienso que los bancos centrales como el BCE podrían introducir un pequeño impuesto de tarifa plana a todas las transacciones financieras electrónicas que se hagan en su moneda, dondequiera que tengan lugar en el mundo. Cualquier persona en cualquier parte del planeta que quisiese hacer transacciones en euros estaría legalmente obligada a pagar dicho impuesto. Yo lo pagaría cuando mi sueldo del CNRS llegase a mi cuenta. Tú lo pagarías cuando recibieses tu premio Nobel (si te lo pagan en euros). Me gustaría pagarlo cuando abono mi factura de la luz o cuando utilizo una tarjeta de crédito; de hecho, se pagaría cada vez que yo o cualquier otro utilizase el sistema de dinero del euro.
Si
decido utilizar libras esterlinas, me gustaría pagarle al Banco de
Inglaterra a la velocidad especificada por el Banco de Inglaterra. Si
utilizo francos suizos, le pagaría una pequeña cuota al Banco Central
Suizo, etc.
Todos
pagarían. Ciudadanos como tú y como yo. Pero también las empresas. Y,
por supuesto, los mercados financieros también pagarían la tarifa de las
transacciones que hacen con nuestro dinero en millones (¿miles de
millones?) de operaciones diarias.
El
tipo de tarifa del que hablo podría ser muy bajo, literalmente una
fracción del 1%, tal vez una centésima parte de las comisiones por
transacciones que las compañías de tarjetas de crédito como Visa,
MasterCard y American Express cobran cada vez que tú y yo utilizamos sus
servicios. Acuérdate de que, aunque puedas pensar que te cuesta lo
mismo pagar con tarjeta de crédito que en efectivo, los comerciantes a
menudo se han visto obligados a pagar entre el 2% y 4%. Y, obviamente,
todos terminamos pagando más por esos cargos, tanto si utilizamos la
tarjeta de crédito como si pagamos en efectivo.
Y
no olvidemos que, además de la cuota del 4% al comerciante, la mayoría
de las tarjetas de crédito cobran también un 2,5% o un 2,99% de
sobrecargo “internacional” cuando se utilizan en el extranjero. Ese
cargo se obtiene simplemente multiplicando el importe en la moneda local
por tipo de cambio actual. De esta manera, cada vez que tú o yo vamos a
comer en un restaurante en Londres terminamos pagando hasta un 7% al
sistema bancario en “impuestos sobre las transacciones financieras”. Yo
estoy proponiendo algo que podría ser inferior al 0,1%, una cantidad
casi insignificante en comparación con los tipos de honorarios que el
sistema bancario nos impone a cada uno de nosotros.
La
única diferencia es que, en vez de que el impuesto sobre las
transacciones se destine a pagar primas a la gente del sector
financiero, podría utilizarse para financiar otros proyectos más útiles.
Con
un mínimo de 10.000 billones de dólares en transacciones globales cada
año, un impuesto de sólo el 0,1% generaría lógicamente 10 billones de
dólares en ingresos. Tal como señalé hace un par de semanas, el valor
correcto de las transacciones es sin duda muy superior a 10.000
billones, debido a que grandes inversores como Options Clearing
Corporation (¿12.000-16.000 billones?), el Chicago Mercantile Exchange
(que negocia más o menos 1.000 millones al año) y LCH ClearNet Ltd ni
siquiera aparecen en las cifras “oficiales” actuales del Banco de Pagos
Internacionales (BIS).
Así
que supongamos muy por lo bajo que el impuesto podría recaudar por lo
menos 10 billones a escala mundial. ¿Qué se puede hacer con eso?
Mi propuesta favorita es que el dinero debe entregarse directamente a los ciudadanos en forma de renta básica universal. Cada banco central podría simplemente crear una cuenta para cada uno de los ciudadanos que viven en su región y sólo tendría que ingresar una cierta cantidad a la cuenta cada mes, dependiendo del total que se haya recaudado. No habría condiciones: a la gente se le pagaría tanto si estuviese trabajando como si no, empleado o jubilado.
Mi propuesta favorita es que el dinero debe entregarse directamente a los ciudadanos en forma de renta básica universal. Cada banco central podría simplemente crear una cuenta para cada uno de los ciudadanos que viven en su región y sólo tendría que ingresar una cierta cantidad a la cuenta cada mes, dependiendo del total que se haya recaudado. No habría condiciones: a la gente se le pagaría tanto si estuviese trabajando como si no, empleado o jubilado.
Ten
en cuenta que no estoy proponiendo que el Banco Central ofrezca ningún
tipo de servicios bancarios reales, ya que lo único que cualquier
ciudadano podría hacer con el dinero ingresado en su cuenta sería
sacarlo para hacer uso de él. De hecho, estaría obligado a sacarlo para
poder gastarlo. El Banco Central tampoco estaría en el negocio de los
préstamos y nadie tendría nunca números rojos en su cuenta: sería
sencillamente imposible. De paso, nótese que esta cuenta sería un
refugio absolutamente garantizado para dejar el dinero, lo cual
eliminaría cualquier necesidad de garantías gubernamentales sobre los
depósitos bancarios. La cuenta no ganaría ningún interés (para eso sería
necesario transferir el dinero a un banco comercial) y proporcionaría a
todos un sitio libre de riesgo para guardar sus ahorros si quisieran.
Dado que por definición un Banco Central no puede quebrar, quienes
decidiesen transferir sus ahorros a una cuenta bancaria con intereses en
los bancos comerciales se verían obligados a reconocer que estarían
tomando un riesgo.
Vamos
a suponer que la contribución en euros al comercio mundial es del 20%
(se trata sólo de una conjetura, ya que las cifras reales son
desconocidas, aunque las transacciones en sólo cinco de los países de la
eurozona superaron en 2013 los 2.000 billones (es decir, un 2 con
quince ceros a la derecha). Me imagino que el BCE podría recaudar
razonablemente cerca de 2.000.000.000.000 euros al año mediante la
imposición de una tasa extremadamente modesta del 0,1% sobre las
transacciones en euros. Con una población total en la eurozona de 330
millones de habitantes, eso significaría pagos directos de alrededor de
6.000 euros anuales a cada hombre, mujer y niño, lo que significa 24.000
euros al año para una familia de cuatro. No está mal...
¿Qué?
Me parece escucharte: “¡No se puede dar dinero a la gente por no hacer
nada! Eso sería injusto. ¿Por qué se molestarían en ir a trabajar?”
Bueno, por un montón de razones. Hay mucha gente en nuestras sociedades actuales que recibe millones en herencia a cambio de no hacer nada, lo cual no parece molestar a los neoliberales, esos que afirman que sólo quienes trabajan duro deben recibir dinero a cambio.
Bueno, por un montón de razones. Hay mucha gente en nuestras sociedades actuales que recibe millones en herencia a cambio de no hacer nada, lo cual no parece molestar a los neoliberales, esos que afirman que sólo quienes trabajan duro deben recibir dinero a cambio.
Por
otra parte, los 24.000 euros que una familia de cuatro podría recibir
al año apenas les bastarían para sobrevivir modestamente en una parte de
la eurozona que no sea demasiado cara. Les permitirían disfrutar de un
estilo de vida mínimamente digno y sin lujos. Y eliminarían la pobreza
de un plumazo.
También eliminarían la necesidad de fondos para ayudas estatales a la vivienda, el transporte, etc. En la actualidad, esas prestaciones suelen atribuirse a quienes están en paro, lo cual hace que sean los menos interesados en trabajar. Y cuesta literalmente una fortuna costear a una tropa de funcionarios para que verifiquen que quienes reciben las prestaciones están buscando activamente trabajo. Todo ese derroche de recursos podría terminarse de inmediato.
También eliminarían la necesidad de fondos para ayudas estatales a la vivienda, el transporte, etc. En la actualidad, esas prestaciones suelen atribuirse a quienes están en paro, lo cual hace que sean los menos interesados en trabajar. Y cuesta literalmente una fortuna costear a una tropa de funcionarios para que verifiquen que quienes reciben las prestaciones están buscando activamente trabajo. Todo ese derroche de recursos podría terminarse de inmediato.
http://tlaxcala-int.org/upload/gal_9237.jpg
Hace años que los defensores de una renta básica universal han documentado todos estos argumentos a la perfección.
Pero
hay un par de argumentos a favor de un plan como este que no he
escuchado y que deberían convencer incluso a los admiradores más
ardientes (¿como usted?) de la libertad de mercado.
En
primer lugar, veamos lo que sucedería si una familia de cuatro miembros
tuviese unos ingresos garantizados de 24.000 euros al año. ¿Cuánto
dinero tendrían que pagarle al jefe de familia para que él (o ella)
quisieran trabajar? Tendría que ser lo suficiente como para que le
valiese la pena. No necesitaría trabajar para comer, pero quizá
estuviese dispuesto a trabajar un poco para aumentar esos 24.000 hasta
(digamos) 30.000 euros al año. En otras palabras, 6.000 euros podrían
motivarlo. Y, sin embargo, 6.000 euros anuales representan sólo 500
euros al mes, una miseria en comparación con el costo total de la
vivienda y la alimentación de una familia de cuatro.
Parece
obvio que el establecimiento de una renta básica universal permitiría
que las empresas pudiesen reducir considerablemente los salarios. Dicha
renta podría incluso funcionar como un subsidio indirecto a las
empresas, ya que éstas podrían ofrecer un salario atractivo muy inferior
al que se necesita en la actualidad. Hoy en día están obligadas a pagar
salarios suficientes para sostener a una familia de cuatro. No pueden
pagar más a un trabajador que tiene a su cargo una familia que a un
soltero de 21 años que vive con sus padres. [1] El resultado es que los
gobiernos se ven obligados a concederles un sinfín de subvenciones y
exenciones fiscales para que el sistema favorezca a las familias.
En
fechas recientes el gobierno francés decidió dar algo así como 40 mil
millones de euros en recortes de impuestos y subsidios a la industria,
el llamado “pacto de responsabilidad”. Se supone que la industria debe
corresponderle contratando más trabajadores. Pero nada la obliga a
hacerlo y mucha gente en Francia está indignada por eso.
Del
mismo modo, el gobierno francés reparte anualmente miles de millones en
“créditos de impuestos para la investigación” y, de nuevo, lo hace
prácticamente sin controles de ninguna clase. ¿Por qué no seguir
impulsando igualmente a la industria, pero haciendo que sea más barato,
por ejemplo, contratar trabajadores a través de una renta básica
universal?
Bajo
el sistema actual nuestros gobiernos inyectan miles de millones en el
sistema de la seguridad social y las prestaciones sociales. Pero ese
gasto no hace absolutamente nada para favorecer la productividad de la
industria francesa, simplemente evita que los desempleados se mueran de
hambre. Si nuestros gobiernos proporcionasen el mismo dinero bajo la
forma de una renta básica universal, Renault podría producir coches más
baratos en Francia de lo que cuestan en otros sitios. Eso sí que sería
una buena noticia.
Una
renta básica universal abarataría el empleo, reduciría costes y
volvería la industria más competitiva. Lo mismo ocurriría si el Estado
proporcionase transporte público gratuito, de manera que los
trabajadores pudiesen desplazarse de forma más barata al trabajo, lo que
reduciría los costes salariales sin que empeorase el nivel de vida de
los trabajadores. Dicho lo cual, el uso de una renta básica universal
financiada por un impuesto microscópico a las transacciones financieras
sería mucho más simple.
Pero
tiene una segunda y enorme ventaja, que probablemente atraerá incluso a
los grupos de la derecha más extrema, obsesionados como están por
frenar la inmigración ilegal. En el Reino Unido, el número de empleos en
la economía ha ido en aumento y, sin embargo, los ingresos reales de
los trabajadores se han ido reduciendo con respecto a la inflación. ¿Qué
está pasando? Una explicación es que, con la inmigración ilegal a gran
escala en el Reino Unido, los trabajadores legales pueden verse
fácilmente desplazados por algún inmigrante ilegal que esté dispuesto a
trabajar por casi nada y con poca o ninguna seguridad laboral. El número
cada vez mayor de ciudadanos que están dispuestos a votar al UKIP (en
el Reino Unido) o al Frente Nacional (en Francia) es un claro indicio de
que esta situación se está convirtiendo en un problema serio.
Consideremos
lo que ocurriría si una familia de cuatro miembros recibiese 24.000
euros al año de renta básica universal directamente del BCE (o del Banco
de Inglaterra en el caso del Reino Unido). Esa cantidad sería ni más ni
menos que su parte proporcional del dinero recaudado por el banco
mediante el impuesto a las transacciones financieras en euros en todo el
mundo. El jefe de esa familia podría, de hecho, estar dispuesto a
trabajar para ganar 500 euros extra al mes con el fin de incrementar a
30.000 euros los ingresos anuales de la familia.
Pero
un inmigrante ilegal, sin ningún ingreso universal, tendría que
trabajar por menos de 500 euros al mes para llegar quitarle el empleo al
trabajador local. Eso no sería factible, porque el inmigrante ilegal no
podría permitirse el lujo de vivir con 500 euros al mes, mientras que
la familia de cuatro miembros sí podría vivir decentemente con 24.000
euros anuales más 6.000.
Espero,
Jean, que puedas ver con claridad que la idea de dar a todos los
ciudadanos legales un ingreso universal no sólo significaría un gran
impulso para la industria, sino que imposibilitaría de un plumazo que
los trabajadores locales perdiesen su empleo en beneficio de inmigrantes
ilegales clandestinos. Por supuesto, el país aún tendría la opción de
ofrecer el estatus de residente a los refugiados verdaderos, lo cual
permitiría que también ellos se beneficiasen de la renta básica
universal. Pero los cientos de inmigrantes ilegales que se esconden en
los camiones que cruzan el Canal de la Mancha para entrar en el Reino
Unido con la esperanza de ganar un salario digno serían cosa del pasado.
Sin el estatus oficial de residente ya no sería posible sobrevivir
razonablemente y eso eliminaría en gran medida la presión de los
inmigrantes ilegales.
Esto
mismo se aplicaría a los miles de africanos que arriesgan sus vidas en
el mar para cruzar al continente europeo con la esperanza de una vida
mejor.
Por supuesto, hay un mejor modo de convencer a todos los trabajadores migrantes desesperados de que se queden en su país. Consistiría en darles una (muy modesta) renta básica universal en sus países de origen. Unos cuantos dólares al mes permitirían que muchos africanos viviesen mucho mejor en su tierra en vez de convertirse en trabajadores clandestinos de otro país, donde no sólo perderían su renta básica universal, sino que se verían obligados a competir con los locales, que sí recibirían la suya local y podrían sobrevivir con mucho menos.
Por supuesto, hay un mejor modo de convencer a todos los trabajadores migrantes desesperados de que se queden en su país. Consistiría en darles una (muy modesta) renta básica universal en sus países de origen. Unos cuantos dólares al mes permitirían que muchos africanos viviesen mucho mejor en su tierra en vez de convertirse en trabajadores clandestinos de otro país, donde no sólo perderían su renta básica universal, sino que se verían obligados a competir con los locales, que sí recibirían la suya local y podrían sobrevivir con mucho menos.
Pero
no me malinterpretes. No comparto de ninguna manera las posiciones
contra los inmigrantes de los partidos europeos de extrema derecha. Lo
que haría la solución que ofrezco es cortarles las alas a sus
argumentos.
Siento mucho, Jean, el haberme extendido tanto. Únicamente he querido bosquejar una de las muchas alternativas que nunca se discuten, ni en los medios de comunicación ni entre los economistas profesionales como tú (y que conste que en las 770 páginas de mi blog hay un montón de otras ideas no convencionales como ésta, te lo digo por si alguna vez tienes tiempo libre para leerlas). ¿No crees que valdría la pena echarles un vistazo a algunas de las alternativas más interesantes a esa austeridad neoliberal que parece ser tu favorita?
Siento mucho, Jean, el haberme extendido tanto. Únicamente he querido bosquejar una de las muchas alternativas que nunca se discuten, ni en los medios de comunicación ni entre los economistas profesionales como tú (y que conste que en las 770 páginas de mi blog hay un montón de otras ideas no convencionales como ésta, te lo digo por si alguna vez tienes tiempo libre para leerlas). ¿No crees que valdría la pena echarles un vistazo a algunas de las alternativas más interesantes a esa austeridad neoliberal que parece ser tu favorita?
Si
consigues liberarte en los próximos meses me encantaría hablar contigo
sobre algunas de estas ideas. Estoy convencido de que se nos ocurriría
algo que podría literalmente cambiar el mundo.
Con mis mejores deseos,
Simon Thorpe
Nota
[1] A petición del traductor, Simon Thorpe ha elaborado con mayor precisión el contenido de esta frase: “Manuel, imagínate que eres un empresario con dos empleados. Uno de ellos es un soltero de 21 años que vive con sus padres. El otro, de 45 años, tiene esposa y dos hijos a su cargo. ¿Se te permite siquiera decir que vas a pagar más al de 45 años que al de 21 por el mismo trabajo?
[1] A petición del traductor, Simon Thorpe ha elaborado con mayor precisión el contenido de esta frase: “Manuel, imagínate que eres un empresario con dos empleados. Uno de ellos es un soltero de 21 años que vive con sus padres. El otro, de 45 años, tiene esposa y dos hijos a su cargo. ¿Se te permite siquiera decir que vas a pagar más al de 45 años que al de 21 por el mismo trabajo?
Si
vives en un lugar similar a mío, la respuesta es no. Sería ilegal que
pagases salarios diferentes por el mismo trabajo. De la misma manera,
sería ilegal que pagases más a un hombre que a una mujer por el mismo
trabajo (¡y con mucha razón!)
Pero
supongamos que, además del dinero que les pagas por hacer el trabajo,
el trabajador de 45 años con una familia de cuatro personas a su cargo
recibe 500€ x 4 = 2.000 euros al mes en concepto de renta básica
universal, mientras que el soltero de 21 años sólo recibe 500 euros.
¿Acaso esto no resolvería el problema? Podrías pagarles a ambos una
cantidad modesta (digamos 1.000 euros al mes) y todos estarían
contentos. Tú pagarías 2.000 euros al mes, el trabajador de 45 años
recibiría 3.000 euros al mes y el de 21 recibiría 1.500 al mes.
Bajo
el sistema actual, si quieres que el trabajador de 45 años pueda
mantener a su familia tienes que pagarle 3.000 euros al mes y al de 21
años 3.000 también. Eso suma 6.000 euros al mes, lo que hace que no
puedas competir, por ejemplo, con los costos laborales en China, que
sólo son 2.000 euros al mes.
La
alternativa es que pagues 1.500 euros al mes a cada uno de tus
trabajadores (3.000 en total) y que el contribuyente ponga los 1.500
euros adicionales para completar los ingresos mensuales del jefe de
familia. Éste es el sistema que tenemos en muchos países occidentales,
un sistema que, por supuesto, molesta a mucha gente (¿por qué tengo que
financiar con mis impuestos los costes de vivienda, etc.).
Para mí, una renta básica universal de 500 euros por persona es infinitamente más inteligente.”
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